sábado, 18 de mayo de 2013

El Alquimista, los sueños y el destino


El alquimista
Paulo Cohelo


Este libro es muy bonito, creo que ninguno debería de perder esta lectura, por supuesto es un libro de superación personal, pero como no esta en consejos y explicaciones científicas sino en una linda historia no te parecerá tedioso.


La historia da inicio cuando un joven pastor se disponía a llevar a su rebaño a la ciudad para vender su lana; él había estudiado para cura algún tiempo, hasta que decidió contarle a su padre que su deseo era viajar y por esto se convirtió en un pastor.
Cuando se disponía a leer un libro para esperar la hora debida para mutilar las ovejas, se encontró con un anciano, que en realidad era el rey de Salem y lo aconsejo que siguiera su leyenda personal; ésta era ir en busca de su tesoro que estaba enterrado en las pirámides de Egipto, así mismo le dijo que no le ofreciera ninguna parte más a otras personas, pues él no lo poseía aún. Le dijo esto porque el muchacho nervioso por su sueño repetido había visitado a una gitana que sabía leer los sueños, aunque nunca iba ella misma tras sus sueños.
El rey Melquiseded Le explicó que el ayudaba a los jóvenes que iban tras sus sueños y que aún tenían deseos de cumplirlos, le dijo que él ya estaba acostumbrado a sus ovejas, que tenía miedo de cambiar, pero que cuando todos los días son iguales, es porque las personas han dejado de percibir las cosas buenas. Entonces ahí está el dilema, porque empezará a postergar sus anhelos y nunca los cumplirá.
El muchacho vendió su rebaño, una parte al rey que le dio una buena cantidad de oro y quien además le dio a Urim y Tumim, dos piedras que lo aconsejarían en su debido momento, pero que solo las podría usar en momentos de crisis.
Cuando Santiago dejo Andalucía y se fue para Egipto, la primer persona con la que se relacionó fue con un ladrón que lo dejo sin nada de dinero; desde ese momento iba a dejar atrás su sueño, cuando Urim y Tummin le dijeron que él si iba a encontrar el tesoro. Al día siguiente llegó donde un mercader de cristales, que poco a poco se estaba quedando en la quiebra. El joven empezó a trabajar con él y el negoció empezó a prosperar; ya que allí no solo se vendían cristales sino que además Santiago tuvo la idea de vender limonada.
Paso un año en el que el joven recogió el doble de lo que le habían robado, ya no pensaba en su sueño y sin saberlo solo disfrutaba del proceso de llegar a su tesoro como el viejo rey le había aconsejado. Se disponía a regresar a Andalucía cuando tomó la decisión de atravesar el desierto para llegar a las pirámides de Egipto.
Allí conoció un inglés, que toda su vida la había dedicado a estudiar alquimia. Deseaba atravesar el desierto para encontrar al alquimista que le enseñaría como transformar los metales en oro. Se unieron a una gran caravana que atravesaría el desierto para llegar a la Meca, un lugar de peregrinación.  En el camino el muchacho aprendió el lenguaje del desierto y de alguna manera estaba aprendiendo a comunicarse con el alma del mundo.
Pero en el desierto los clanes estaban en guerra y ellos recorrían el basto desierto con mucho sigilo. Cuando llegaron al gran oasis en el que esperarían que la guerra terminara para poder continuar, Santiago conoció a Fátima, una mujer del desierto de la cual se enamoró inmediatamente, ahora conocía el lenguaje universal, el más fuerte, el amor. En ese mismo momento el inglés ya se había encontrado con el alquimista y se encontraba experimentando como conseguir oro.
Un día el muchacho se encontró con que el desierto le estaba contando que uno de los clanes iba a romper el trato de que el oasis era zona neutral y los invadiría. Por esto, Santi le conto a el sultán que gobernaba el oasis, estos aunque desconfiados y recordando la historia bíblica de José, le dijeron que iban a estar preparados, pero que si al amanecer nadie llegaba, lo matarían.
Al salir preocupado por  las señales que el desierto le había mandado, se encontró con el imponente alquimista, que le comunicó que si había tal invasión, al terminarse debía ir en su busca. Al amanecer el clan traidor como las señales lo habían comunicado, llegó; pero todos estaban preparados y los asesinaron. El muchacho recibió una bolsa de monedas de oro.
Seguidamente fue en busca del alquimista que le informó que lo guiaría a las pirámides. El muchacho se despidió de Fátima, aunque dudando, ésta le dijo que lo esperaría y al fin el partió. En su viaje comprendió que él podía escuchar a su corazón, entenderlo y hacerse amigo para que él nunca lo traicionara cuando sentía miedo.
Junto al alquimista aprendió que todo el universo conspiraba para que nuestros deseos se cumplieran. Un día fueron apresados por uno de los clanes. No los asesinaron porque el alquimista les dijo que Santiago era alquimista y podría transformarse en viento.
Santiago intento pedirle al desierto que lo convirtiera en viento, éste le dijo que solo el viento podría lograrlo, pero éste tampoco sabía y le dijo que se lo pidiera al sol, que él siempre estaba hablando con el alma del mundo. Estos a su vez no sabían y lo comunicaron con Dios y el comprendió que Dios hacía parte de él y pudo transformarse. Había entendido por fin que todo hace parte de todo.
Tiempo después llegaron a la casa de un monje, donde el alquimista hiso una cacerola de oro; dio a el monje dos pedazos, uno para él y otro para que lo guardara por si Santiago podría necesitarlo, un trozo al joven y otro para él. Santiago partió a las pirámides, su corazón le había dicho que donde llorara sería el lugar. Cuando él vio las pirámides, sintió que no había nada más hermoso e imponente. Lloró. Empezó a cavar sin mucho resultado, cuando aparecieron unos ladrones, le robaron el trozo de oro y lo obligaron a cavar pensando que había más. Él les informó que él no había encontrado el trozo de oro allí, que el solo estaba buscando un tesoro.
El líder no dejo que lo golpeara, pero le dijo que era un tonto por creer en lo que soñaba, que él una vez había soñado con que en los campos de Andalucía había un tesoro escondido… El joven regresó a el lugar donde empezó todo, pues allí fue donde el ladrón describió que se encontraba el tesoro y encontró un gran baúl lleno de dinero. Ahora podría ir por Fátima.
Se los recomiendo :)

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